Sobre el artículo
Artículo de opinión publicado en el Diario de Navarra sobre cómo ChatGPT puede ser clave para hacer la democracia accesible a toda la ciudadanía. La tecnología - como herramienta, no como solución - nos ofrece la posibilidad de alcanzar soluciones innovadoras frente a los desafíos tradicionales.
“La sostenibilidad del proyecto europeo depende de su capacidad para implicar a toda la ciudadanía, especialmente a la juventud.”
Aitor Ugarte GómezTécnico de Juventud
ChatGPT: un nuevo horizonte para la participación juvenil en la Unión Europea
Vivimos en una era de cambios frenéticos en la que concatenamos varias crisis económicas con una gran crisis climática. Una era en la que el desencanto de la juventud hacia la política parece no presagiar un futuro más democrático. Una era en la que la participación ciudadana, unida en la diversidad, debe ser el pilar esencial para afrontar los desafíos presentes y futuros de la Unión Europea.
La sostenibilidad del proyecto europeo depende de su capacidad para implicar a toda la ciudadanía – especialmente a la juventud – en la construcción de su futuro. Votar cada 4 años, o cada 5 en el caso del Parlamento Europeo, no es la única manera de participar activamente en la sociedad. Por ello, es indispensable ir un paso más allá y lograr que la juventud se sienta parte de este gran proyecto, un proyecto que se forja desde nuestros pueblos y ciudades. La sociedad urge la creación de nuevas estructuras de participación y de una mayor simplicidad en el lenguaje utilizado por las instituciones, el idioma BOE. Es decir, la solución no radica simplemente en utilizar TikTok, sino en comunicarse con un lenguaje cercano y cotidiano.
Frente a este mundo de cambios constantes, la capacidad de aprender de nuestros errores es una de las mayores virtudes a las que podemos aspirar. Como individuos, aprendemos más de nuestros fracasos que de repetir constantemente las mismas acciones; por lo que si queremos lograr resultados diferentes, necesitamos actuar de forma diferente. En este sentido, el uso de la tecnología – como herramienta, no como solución – puede ayudarnos a alcanzar soluciones innovadoras frente a los desafíos tradicionales.
La Inteligencia Artificial (IA), con ChatGPT a la cabeza, ha sumido a la Unión Europea en un debate social, ético y regulatorio, con el fin de proteger los derechos de la ciudadanía europea. Sin embargo, es innegable reconocer que se ha puesto a disposición de la sociedad una herramienta de infinitos usos de forma gratuita y accesible para cualquier persona. Por ello, solo cabe plantearse la posibilidad de que quizá estemos ante la clave para hacer accesible la democracia a toda la ciudadanía.
El progreso de una sociedad democrática depende, en gran medida, de una participación ciudadana activa y equitativa. No obstante, esta participación se ve mermada ante la complejidad de los sistemas participativos actuales. La falta de información existente junto con la escritura en BOE, desanima a la juventud a involucrarse en la sociedad. Debido a estas barreras, la participación ciudadana, que debería ser un derecho, pasa a convertirse en un desafío.
Ante este panorama, el potencial de una tecnología como ChatGPT radica en su facilidad de uso y en su capacidad de aprendizaje. No es solo un hito de la tecnología avanzada; es una herramienta que tiene el potencial de revolucionar la forma en la que interactuamos y participamos en la sociedad. Como si de la piedra Rosetta del siglo XXI se tratara, puede ayudar a entender los procesos legislativos de forma sencilla, así como traducir documentos a lenguaje comprensible para todos. Potenciar la educación cívica mediante este tipo de herramientas contribuiría a una sociedad más informada y comprometida, capaz de tomar decisiones con mayor conocimiento de causa. Aun así, tenemos que ser conscientes de que la IA no es una solución mágica para todos los retos que enfrentamos, pero sí es una vía con el potencial de hacer la democracia más accesible y atractiva para todos.
Pero eso no es todo, podemos hacer uso de ChatGPT para diseñar nuevos espacios de participación que sirvan como foro y altavoz de la juventud. Según esta IA, deberíamos crear laboratorios de ideas; lugares físicos y virtuales donde los jóvenes puedan reunirse, debatir y desarrollar soluciones a problemas locales y globales. Como el propio nombre de laboratorio sugiere, serían espacios de prueba y error, donde lograr obtener resultados diferentes a los obtenidos hasta la fecha.
Con miras al presente, pero sin dejar de pensar en el futuro, tener una juventud activa y comprometida en la sociedad es un gran reto. Pero contamos con herramientas como la inteligencia artificial que pueden ayudarnos a afrontarlo. Tenemos ante nosotros la oportunidad de iniciar una nueva era de participación política y democrática en la Unión Europea. Una era en la que la democracia sea una realidad accesible para todos. Una era donde los jóvenes no solo sean espectadores, sino actores clave en la construcción del proyecto europeo para cambiar el presente y liderar el futuro de la Unión Europea.